Cada vez está más presente el concepto gamificación en gran cantidad de ámbitos. Nosotros lo empleamos cuando encontramos juegos o dinámicas divertidas que ayudan en la escuela o en casa a asentar los conocimientos que los estudiantes deben adquirir.
No obstante, el concepto gamificación surge del ámbito empresarial y es bastante reciente. También podemos encontrar el termino equivalente «ludificación» aunque es menos utilizado.
¿Que es la gamificación?
La gamificación es la practica de utilizar dinámicas, técnicas y herramientas de juego para alcanzar objetivos que van más allá del propio juego.
En el campo de la enseñanza estos objetivos serían los contenidos que debemos impartir, y lo que buscamos con estas técnicas es un extra de motivación en los alumnos y sacarles de la rutina de las técnicas tradicionales.
Desde que nacemos el juego es fundamental para el desarrollo de la personalidad humana y para el desarrollo de las habilidades cognitivas. Podemos afirmar que el juego enseña habilidades y procedimientos y prepara a los niños para el futuro.
Principios fundamentales de un juego
Hay que distinguir entre los conceptos «jugar» y «juego». Mientras que el primero es actuar de forma divertida sin reglas, el segundo debe cumplir con tres requisitos esenciales:
- Capacidad de elección: El jugador tiene que tener alternativas dentro del juego para sentir que dirige sus pasos, que es el protagonista.
- Reglas: Debe regirse por unas reglas establecidas que no pueden saltarse.
- Diversión: Un juego que no divierte no es un juego.
Otro factor determinante para que un juego divierta y enganche es el estudio de la psicología humana.
La psicología se encarga de estudiar el comportamiento humano, y es el conocimiento del comportamiento humano ante su entorno o ante determinados estímulos lo que va a reflejarse en el comportamiento en un juego.
Algunos expertos afirman que un 75% de lo que hace que un juego «triunfe» es psicología. Después vendrían creatividad, narrativa y por último la tecnología aplicada para hacer real ese juego.
Al fin y al cabo, los juegos son como drogas que nos enganchan y que no pueden ayudar a aprender cosas.
Generalmente aquellos juegos que no enseñan nada suelen aburrir en poco tiempo al jugador.
Tipos de jugadores
Según el profesor Richard Bartle, experto en gamificación existen cuatro tipos de jugadores:
- Los Achievers (conseguidores): Buscan esencialmente status, obtención rápida de logros, esencialmente competidores. Prima la acción con una motivación global. Les encanta completar los retos que les plantea el juego.
- Los Explorers (exploradores): Buscan y lideran el descubrimiento de conocimiento. Les gusta encontrar nuevos caminos para completar los retos más allá de los que el juego les plantea. Mantiene el carácter global, pero con una vocación interactiva.
- Los Socialites (socializadores): buscan desarrollar una red de amigos y contactos con quienes compartir, comentar, difundir, etc.
- Los Killers: Actúan en una dinámica puramente de juego. Su motivación en ganar como esencia, competir, rankings… y ganar de cualquier manera.
Es importante tener en cuanta esta clasificación porque según desarrollemos nuestro juego será más apropiado para un tipo o para otro.
En el ámbito de la educación lo normal es que en una clase nos encontremos con jugadores de los cuatro tipos y en consecuencia el juego debemos pensarlo y diseñarlo para que pueda atraer y enganchar a todos. Se trata de conseguir involucrar a todos los alumno y que se sientan motivados para aprender a través de ese juego.
Diseñando un juego
Por todo lo visto, cuando diseñamos un juego para nuestros alumnos lo que estamos haciendo es crear un sistema más o menos complejo que sigue un patrón determinado.
El cerebro tiende a intentar determinar ese patrón. Quiere descifrarlo para poder dominarlo. Si el patrón es muy difícil lo dejamos por imposible. Si el patrón del juego es muy fácil resultará aburrido. Pero si el patrón conseguimos que sea el adecuado, el juego se convierte en un reto de superación, engancha, de ahí que algunos juegos sean casi adictivos.
Otro factor a tener en cuanta al diseñar un juego es que los alumnos deben conocer el propósito real que buscamos y aceptarlo como válido, entendiendo que se trata de una ayuda para alcanzar un fin.
Ejemplos juegos que enganchan y enseñan
Vamos a limitarnos a recordar dos sistemas gamificados que hemos visto en entradas anteriores.
El primero es Kahoot, que aunque es un juego bastante dirigido y simple pero «engancha» al estudiante por su sistema de competición con los compañeros y por su sistema de puntuación.
El otro juego es Ilustrum. Este es un verdadero juego con todos sus ingrediente y que puede apasionar a los cuatro tipos de jugadores. Tenemos la posibilidad de elegir la colección de cromos, socializamos con los otros participantes mediante el intercambio de cromos, los foros o mensajes directos, nos van dando insignias y vamos subiendo de nivel según acabamos colecciones, el resto de jugadores conoce tu estatus, etc.
Como veis, hablar de gamificación es introducirse en un campo inmenso y cada vez más complejo.
Esperamos que con esta breve introducción hayamos despertado vuestra curiosidad por este mundo y, entre todos, vayamos indagando e incorporándolo a nuestra metodología de trabajo en las aulas.
Te agradecemos de antemano que lo compartas con tus conocidos en las redes sociales.
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